domingo, 30 de mayo de 2010

Ya entrada en crónicas

Me siento frente al escritorio-mesa-testigo de mis ratos sola, a un lado está mi "tenderete" que me invita a ver una película, mi tenderete son colchonetas dobladas Almo-hadas mullidas, tapetes de borrego dizque pa' la yoga y un chal que me traje de argentina que es apapachador pero no caliente, es de hilo de algodón. Es un reto escribir una crónica desde este lugar, todo lo que pase será a través de la ventana que ni siquiera da a la calle, solo un pedacito de jardín escarbado por la Yoko que se largó hace 3 semanas, los pájaros que llegan al croto, el muro de la vecina que murió hace 6 meses. tenía mi edad , era enfermera, la conozco desde que éramos niñas, siempre fue muy acomplejada. Recuerdo que teníamos 13 años y le gustaba deslizar cartitas por debajo de la puerta para acusarnos con mi mamá de que ya teníamos novio mis hermanas y yo, la última vez que hablé con ella le reclamé que su pintor me había arruinado mis arbustos de flores y ella muy indignada me contestó "no te mató tus plantas , lo qeu pasa es que su niño se cayó encima de ellas y casi se mata" me lo dijo de una manera como si yo fuera la asesina del niño, me apabulló y me quedé callada, a los pocos días se murió. En esta calle se han muerto muchos de manera fea, en tres casas seguidas, personas de la misma generación en diferente tiempo se muriron asesinados, la primera fue Mayra hace como 20 años, la mató un asesino en serie de Puerto Vallarta, el segundo "Caico" era chofer de esos carros qeu recogen el dinero, lo mataron por asaltarlo, y hace 3 años Mauricio, esa noche me desperté asustada como con un nudo en la garganta, me asomé por el ventanal,
solo vi una camioneta blanca que arrancaba, creo que entre sueños escuché los tiros.La última es la enfermera pero a ella le dio un infarto.

A mi ventana y al croto llegan infinidad de colibríes y de esos pajaritos que parecen palomas, nunca he sabido el nombre, un día se metieron por la ventana, no me dí cuenta hasta en la noche porque seguían con su currucu, se me hizo tan raro que de noche cantaran que me asomé para ver que pasaba, al mover la cortina vi que estaban adentro una parejita muy acurrucadita, las cojí una con cada mano y las saqué.

A mi ventana y al croto llegan solo pájaros, pero es buen lugar porque también llegan muchos recuerdos

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