martes, 11 de enero de 2011

“Haiga sido como haiga sido”: Vacación es vacación



La Maga

Salir en Semana Santa o en temporada navideña requiere de un ejercicio serio y profundo de tolerancia, porque a donde quiera que vaya uno siempre hay tumultos. Acampar exige todavía más paciencia, resignación y amor al prójimo porque se convive durante día y noche con los vecinos de acampada: hay que aguantar los ronquidos, los 20 estéreos prendidos al mismo tiempo a todo volumen, el llanto de algunos bebecitos tratando de acostumbrarse a dormir fuera de su cuna, perros sueltos por doquier fuera de la vista de su amo haciendo de las suyas, otros más que llegan de las otras palapas y por supuesto los canes nativos del lugar, niños corriendo entre las casas de campaña desparramando arena y tirando basura, colas para pedir prestado el fogón, para ir al baño, y las alegres conversaciones a todo volumen de los ya pasados de copas. Uno se entera de todo desde la comodidad o incomodidad de su casa de campaña.

Campamento todo incluido
En El Faro, al llegar salen disparadas dos niñitas hijas de los dueños de la palapa, la de Eva y Lupe pero puede ser igual en cualquiera de las otras , vienen incluidos hijos o hijas, perro, perico, gato, si lo admite lo estarán rondando durante su estancia, más si usted es de los que no se interesan por ninguno de estos especímenes solo hágase el invisible. No conteste a sus muestras de afecto o caerá en las garras de los amorosos chiquillos y tendrá que volver cada año con regalos para sus nuevos parientes.

Paco Ignacio Taibo y sus hermanos.
A mi lado se instala una familia que de a poquito va ocupando el campamento hasta invadir a los vecinos de al lado sin importarles su enojo y haciendo oídos sordos a las quejas. Todos los hijos se parecen al escritor Paco Ignacio Taibo II en diferentes versiones, uno más gordo, otro más alto, canosos, delgados, jóvenes, viejos pero de la cara todos igualitos. El padre se acerca a mi compañero y le pregunta: “oiga ¿es usted escritor? Porque se parece muchísimo a un autor que yo admiro por que es un gran filósofo, a Dajandra,Leonardo Dajandra”. Curiosamente, mi amigo tuvo un desaguisado con ese personaje hace algunos años, hace una mueca como queriendo sonreír, y se le nota que no le gustó para nada la confusión. “Dispense, pero quería pedirle un autógrafo pensé que era el”. A mi me dieron ganas de mostrarle el libro que precisamente estaba leyendo, el que escribió al alimón el sub comandante Marcos con Paco Ignacio y porque no, pedirle a el y a todos los hijos que me autografiaran la novelita.

El pastor y su rebaño
¡Arriba mis guerreros de la luz!, Dios nos ha bendecido con un día maravilloso, no podemos desperdiciarlo durmiendo, ¡Arriba hermanos!. Gritos amorosos a las 7 de la mañana del Pastor, que también es de los asiduos como yo. Llega con varios de sus feligreses y su montón de hijos, son de un pueblecito de Michoacán, vienen en caravana también con su estéreo a todo volumen, pero entonando canciones religiosas, tienen de todos los géneros, desde banda, pasando por rancheras, pop y hasta les he escuchado algunos raperos, el artista preferido del pastor es Nelson Ned. Solo llegar y ya tiene montada la red para jugar voli, lo hacen todo el día y no se meten al mar, al atardecer se reúnen en su altar que han formado con varias mesas, nos han dejado a varios sin dónde comer. Oran en voz alta como queriendo convertirnos a todos los acampantes. Al terminar comen-cenan ahí mismo y juegan a la baraja, ellos se duermen temprano.

La regidora y el cantante o lo que es lo mismo: Bonnie and Clyde a la mexicana.

Detrás de mi casa de campaña, aparece de madrugada, una parejita que ya viene bien servida, cayéndose de borrachos, riendo a carcajadas, por ahí de las 5 de la mañana, después de muchos esfuerzos y mentadas de madre ( pinche casa madreada, yo creo que salió defectuosa, no le quedan los pinches palos…) se disponen a dormir. Al día siguiente se levantan muy temprano a buscar a algún incauto a quién estafar, eso lo supe por la tarde-noche cuando llegaron con dos jóvenes parejas de esposos, por la conversación me enteré que se conocieron por la mañana en el desayuno, y en menos de medio día ya eran los grandísimos amigos, Bonnie, la vecina se decía regidora de El Salto, su pareja, Clyde, cantante de un grupo versátil, aunque el alegaba que de rock, la regidora entre carcajadas le increpaba a su pareja: “pinches músicos te cargas, no son ni gruperos ni roqueros ni nada, son una pinche bandita versátil, de esas que tocan en los 15 años de pueblo”. Total que ya entrados en copas la regidora le decía a una de las mujeres, que la iba a contratar de directora de parques y jardines, y que a ver si no se enojaba su marido porque tendrían que ir a muchos compromisos por la noche, que buscara quién cuidara a sus hijos porque ese era un cargo muy importante e iba a estar muy ocupada. El preocupado marido nomás torcía los ojos. Cuando ya estaban como quien dice: “hasta las chanclas”, el músico se para e invita a los chicos a fumarse un cigarro de mariguana, “tu eres igual de mariguano que yo, anda vente pacaabajo a la playa. Las señoras terminan tragando no se que tipo de pastillas que la regidora les proporciona muy cariñosamente “ándenle, con esto se les va a bajar”, las pobres incautas ya no podían ni con su alma así que los maridos las llevaron a rastras a sus respectivas casas de campaña y se regresaron a seguir la juerga. Entonces vino lo interesante, propuestas de negocio miles, “tu solo junta 40 mil pesos y con eso la hacemos” insistía la Bonie, que aprovechando que no estaban las esposas se puso a coquetear con uno de ellos, finalmente no supe en qué acabó el negocio, pero al día siguiente los vi conversando con sus siguientes víctimas, otro parejita.Lo que si averigüé a mi regreso fue que la regidora no era tal, ninguna con su nombre en El Salto.

Haciéndose al ánimo se pasan bien los días acampando, a ratos leyendo, a ratos nadando, escuchado historias, observando la belleza del mar, y a las, temerarias sirenas que posan para la foto arriba de las piedras, esas piedras a las que a lengüetazos las olas bañan y a lengüetazos las olas tumban y arrastran por igual a chaparritas, altas, buenas, gordas, flacas, viejas y las deja temblando de miedo.

Haciéndose el ánimo se puede uno abstraer y sentir que está uno solo, dueño de la playa, de las olas, del cielo, del faro, de si mismo y es entonces que uno dice: ¡qué chingón es acampar!.

miércoles, 30 de junio de 2010

crónica mínima

"Se pusieron a jugar a la baraja y la viuda en un albur perdió la caja"
Cerró sus ojitos Cleto
Chava Flores

No se porque les llaman tiendas de conveniencia a los OXXOS o a ese tipo de tienda, ¿para quién será conveniente, para el que compra o para el que vende? Pues entramos a una de ellas cerca de Tala, rumbo a Puerto Vallarta, viaje de trabajo, muy temprano para alcanzar a llegar a la talacha. Decidimos irnos por la libre, la carretera es hermosa y fresca, pasar por Mascota es un regalo y cualquier fondita es un buen lugar para desayunar. Pero antes también es sabrosito llegar a las convenientes tiendas a comprar un cafecito calientito y malísimo y unas empanadas cajetosas de esas que se llaman Julitas para acompañar el amargor del café.
Son las 7 de la mañana, dos amigos están haciendo fila delante de nosotros, se ven bastante tomados, pero por la conversación nos damos cuenta de que no vienen de una fiesta sino de un velorio. Me encantan los velorios donde ofrecen café con piquete, ese si sabroso, de olla, siempre hay un doliente más dolido que otro e invariablemente es el borrachito del convivio ( ¿o deberé decir conmuerto?). Hacen el duelo más ameno.
Un amigo le dice al que está pagando: “vámonos de este pinche pueblo compadre, aquí se muere mucha gente, como ve si llegamos a un OXXO por pisto y nos vamos a Chapala”. Su compa le contesta muy serio, sacando las monedas que le hacen falta para completar el six de cervezas y el botelloncito de mezcal: “Si compadre vámonos, nomás que primero tenemos que salir de este OXXO”. Si uno es atento, en la calle se escucha cada cosa, que hace la vida más ligera.

domingo, 30 de mayo de 2010

Ya entrada en crónicas

Me siento frente al escritorio-mesa-testigo de mis ratos sola, a un lado está mi "tenderete" que me invita a ver una película, mi tenderete son colchonetas dobladas Almo-hadas mullidas, tapetes de borrego dizque pa' la yoga y un chal que me traje de argentina que es apapachador pero no caliente, es de hilo de algodón. Es un reto escribir una crónica desde este lugar, todo lo que pase será a través de la ventana que ni siquiera da a la calle, solo un pedacito de jardín escarbado por la Yoko que se largó hace 3 semanas, los pájaros que llegan al croto, el muro de la vecina que murió hace 6 meses. tenía mi edad , era enfermera, la conozco desde que éramos niñas, siempre fue muy acomplejada. Recuerdo que teníamos 13 años y le gustaba deslizar cartitas por debajo de la puerta para acusarnos con mi mamá de que ya teníamos novio mis hermanas y yo, la última vez que hablé con ella le reclamé que su pintor me había arruinado mis arbustos de flores y ella muy indignada me contestó "no te mató tus plantas , lo qeu pasa es que su niño se cayó encima de ellas y casi se mata" me lo dijo de una manera como si yo fuera la asesina del niño, me apabulló y me quedé callada, a los pocos días se murió. En esta calle se han muerto muchos de manera fea, en tres casas seguidas, personas de la misma generación en diferente tiempo se muriron asesinados, la primera fue Mayra hace como 20 años, la mató un asesino en serie de Puerto Vallarta, el segundo "Caico" era chofer de esos carros qeu recogen el dinero, lo mataron por asaltarlo, y hace 3 años Mauricio, esa noche me desperté asustada como con un nudo en la garganta, me asomé por el ventanal,
solo vi una camioneta blanca que arrancaba, creo que entre sueños escuché los tiros.La última es la enfermera pero a ella le dio un infarto.

A mi ventana y al croto llegan infinidad de colibríes y de esos pajaritos que parecen palomas, nunca he sabido el nombre, un día se metieron por la ventana, no me dí cuenta hasta en la noche porque seguían con su currucu, se me hizo tan raro que de noche cantaran que me asomé para ver que pasaba, al mover la cortina vi que estaban adentro una parejita muy acurrucadita, las cojí una con cada mano y las saqué.

A mi ventana y al croto llegan solo pájaros, pero es buen lugar porque también llegan muchos recuerdos

lunes, 24 de mayo de 2010

¿Será que no se mirar?

Estoy en el café La maga frente a una escuela de nutrición y psicología, justo es el cambio de turno y aunque hay pocos alumnos por los exámenes, el caos de autos queriendo salir, entrar o simplemente pasar es el mismo de siempre: paso lento entre claxonazos, gritos y mentadas de madre. El ruido y los pocos clientes pero intermitentes .no me dejan concentrar para hacer la tarea del taller de crónica. ¡Oiga! ¿Vende cigarros sueltos? ¿Me presta su encendedor?, ¿y ora porque no tiene pizza? Me salgo al rincón y me comprometo a hacer una crónica de lo que pase por ahí por media hora.

Me siento en la hamaca libreta en mano y se va hasta el suelo, la hamaca por supuesto, desde mañana a dieta rigurosa, cero chelas, cero vodkas. Desde aquí no hay mucho que ver solo las ramas de los 2 arbolitos del rincón, el guayabo que tendrá como 100 años, y la pobre mandarina a la que ya le dieron las chinches en su “mandarina”, no me había fijado que también ya se plagó. Trato de levantarme cuando escucho la conversación de dos chicas de la escuela de enfrente:

- ¿Vamos por unas Chapatas?

- Ay no, pero si ya nos echamos 5 tacos al vapor.

- Ay tu, no le hace, ni que fuéramos de nutrición.

Giro la silla-hamaca, para verlas por la reja, 2 gorditas rozagantes y felices.

Decido quedarme en ese juego de escuchar primero y luego mirar.

-¡Pinche bato apúrate! ¡Chíngate aquél! Es la voz del lavacoches gritándole a su ayudante que es re pasmado. Beto tiene 5 años en ese oficio, antes era mesero de eventos especiales, pero dice que esto le deja más, “por supuesto que organizándose maga, yo no le aflojo, trabajo de 9 de la mañana a 8 de la noche cuando hay luz y de lunes a sábado, este es el mejor jale que he tenido”. Giro mi silla y lo veo pasar casi volando para que no se le vaya el cliente.

-Cómo te fue en el examen guey? -Me hice bolas con las pinches fórmulas, ¿pa’ que queremos aprender esa chingadera si los pinches aparatos ya te dicen todo?

-Pues para cuando se te descomponga el aparato, ya te viera delante de la gorda haciéndote bolas para decirle cuánto porcentaje de grasa tiene.

Las veo pasar, otro par de gorditas.

En el café tenemos la teoría de que las aspirantes a psicólogas están locas y las nutriólogas, gordas y por eso estudian lo que estudian.

Me levanto del casi suelo, con muchos trabajos y entumida, cambio de panorama justo cuando una pareja estacionada delante de mi Chevi está peleándose, bueno no los escucho pero lo parece porque manotean. El hombre arranca en reversa y le pega a mi carro, rápidamente se mueve hacia adelante, en lo que me desatolondro veo que le rompió la parte de adelante, corro a alcanzarlo, le toca el alto, le reclamo, me grita, lo tomo de la mano y trato de quitarle el celular, me tuerce el brazo con la otra mano, y arranca. Me deja temblando.

Me regreso furiosa, apenas toco la salpicadera y se le cae el emblema, como de caricatura. El lavacoches se ríe de mi, el frutero le grita “¡pinche Beto porque no la fuiste a ayudar!”. Me rio yo también.

Me siento en los bancos de la entrada. Mirando como no mirando, bajo la sombra del laurel, realmente es un árbol hermoso, me acaban de avisar que lo van a podar y me punza el vientre de la preocupación, no he comprado las sombrillas. De repente veo que se está moviendo una de las ramas del árbol, más bien como si se deslizara la corteza del árbol hacia arriba, me asombra ver que es un ejercito de chinches caminando en formación, una hilera como de 2 metros de largo por medio de ancho. Avanza rápidamente y al llegar a las ramas secundarias se bifurca, en menos de un minuto se detienen, como si hubieran llegado a su destacamento respectivo.

El toque de recreo y la estampida de alumnos me sacan de mi asombro, hora del agobio. Chin, tendré que buscar otra locación para mi crónica urbana, aquí no pasa nada interesante.

martes, 6 de octubre de 2009

Mar
Bar
Estar

Ser
Ver
Querer
Oler
Ir
Vivir
Definir
Latir
Oir
Lor (d) Amor
Amor
Ardor
Color
Temor
Dolor?
Sur?

miércoles, 2 de septiembre de 2009

No nací en una rivera sino en Echo Park (II)

Un poco copiando el libro I remember, del escritor y artista Joe Brainard y que motivó a Georges Perec a escribir su Je me souviens bajo el mismo modelo.

Me acuerdo de los patos de Echo park y que mi papá me llevó para que no llorara porque yo también me quería casar como mi hermana, que iba de paje a una boda. Tenía 4 años

Me acuerdo que ese día me dijo que si comía muchas uvas me enseñaría a chiflar pronto

Me acuerdo que me cargaba y me sentía muy chiquitita

Me acuerdo de sus ojos claros y sus pestañas
blanquísimas

Me acuerdo de las banderitas cruzadas arriba de mi cuna,, la gringa y la mexicana

Me acuerdo de la colección de armas colgada en la pare

Me acuerdo del inmenso jardín, los columpios, el arenero y la alberquita y los mordiscos de cariño de nuestro perro salchicha

Me acuerdo cuando bailábamos Jeanette y yo I want to hold your hand, Downtown y cuando calienta el sol

Me acuerdo que llevábamos a Jeanette a la escuela y a mi no me dejaban quedarme

Me acuerdo del batimovil de mi papi, pero rojo y blanco, convertible

Me acuerdo que brincábamos en la cama , casi encima de el para mostrarle nuestros disfraces de halloween, y no nos hacía caso, amaneció muerto

Me acuerdo cuando nació Ivette, 15 días después de Halloween, de verla a través de la ventana del hospital porque no pudimos entrar

Me acuerdo de mi hermanita Ivonne, triste, sentada en los escalones del Porche, esperando a mi papá que ya no iba a llegar

Me acuerdo cuando llegamos a la casa de mi mamá Mariquita en Analco, no había jardín pero si muchas plantas y árboles de guayaba y limón

sábado, 27 de junio de 2009

Las historias de Lola

De tranzas, trances y tránsitos


–Sus papeles Señora

–¡ay! perdone oficial , es que llevo tanta prisa, ni me di cuenta.

–Si ya vi, se pasó el alto y se dio una vuelta prohibida.

–¿Su licencia?

–No la traigo, me salí un momento de mi trabajo, ni avisé por eso llevo prisa.

–¿ y tarjeta de circulación?

–Ay déjeme la busco. Que barbaridad, aquí estaba no se porque ya no está

–Se pasó el alto, se dio una vuelta prohibida, no trae puesto el cinturón, no trae papeles. Le voy a tener que recoger el automóvil

–¡Ay no por favor oficial! Es que me salí sin permiso de mi trabajo para ir a surtir una cafetería que acabo de abrir por la calle de N y M y me salí sin nada, no traigo ni dinero, pero si me acompaña a mi trabajo le doy un dinerito para que me deje ir, está aquí cerquita.

–¡Cómo cree que le voy a aceptar un “dinerito”! Además de todas las infracciones que cometió le vamos a sumar que me trató de sobornar. Le voy a detener el automóvil definitivamente…

… pero señora, no llore, la gente va a pensar que le estoy haciendo algo.



–¿Qué tiene problemas?

–Si.

–¿Sufre mucho?

–¡mucho!

–¿Tiene esposo?

–No, ¡ay! me acabo de divorciar.

–¿Hijos?

–Si, dos niños.

–Ya pues, le digo que ya no llore, la gente nos está mirando feo, mire la voy a dejar ir, pero ya no llore y no vuelva a pasarse el alto y por favor Señora cargue sus papeles.

–Gracias oficial.

–Ande, límpiese las lágrimas. No, no lléveselo, luego paso a su cafecito para recoger mi pañuelo y platicamos.