Mi madre está desesperada, dice que ya se va, desde el viernes se levanta, revuelve sus bolsas, hace la maleta, la deshace la vuelve a hacer y dice que se va a casa de mi hermana mayor, yo le digo: “no te vayas, espérate, a todos les queda mejor que estés aquí, ¿por qué te vas?”
“Es que le gritas mucho a Luis-no me gusta que te conteste - no aguanto los zancudos- no te comes lo que cocino-no hay agua- tienes las puertas abiertas todo el día y entran muchas moscas- no puedo lavar mi ropa-ya me quiero ir”.
Y la mera verdad es que Luis ya no entiende más que a gritos-se ha convertido en un adolescente contestón-lo de los zancudos es irremediable-estoy a dieta y no puedo comer gorditas ni atole-es verdad que no había agua pero ya lo solucionamos-padezco de claustrofobia-ella se quiere ir y punto.
No tarda en marcharse, no le gusta estar aquí. Tiene sus preferencias. Pero hasta para irse es graciosa.
martes, 29 de julio de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
creo que las cosas entre los padres e hijos, nunca cambian, excepto que quieran los dos jajajaja, ánimo!!!
Publicar un comentario