miércoles, 25 de junio de 2008

Cierre de oficina

Para Ana, Javis y para mi

Salí de allá sin darme cuenta hasta que llegué a mi casa, quedé toda perfumada de rosas y jazmín, con olor a guanábana y limón y un ligero toque de Yerbabuena. Los azahres ya son naranjas, los extrañé.

Ese será mi recuerdo de la casa Almuzara, ese olor, y cuando sea vieja, esa es la historia que voy a contar no la mala.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Dejar un lugar que se ha amado tanto. Irse con el dolor de la incredulidad.Sí querida Ruti, recuerda la historia linda y recuérdame recordar también la historia linda que fue mi oficina en Zuazua ¿te acuerdas?. Dejaste los olores a jazmín, yo dejé mis posters de Xavier Villaurrutia para evitar el dolor de verlos de nuevo. Recordemos lo lindo mi querida Ruti. Yo también recuerdo esa casa Almuzara de luz tras los cristales. Y recuerdo mi rincón de Zuazua sin los sueños idos. Aurorísima

Ana Ramos dijo...

Amiga, todavía estoy llorando. Gracias por tus palabras. Hay recuerdos, compromisos y proyectos que están por encima del dinero y de la mala fortuna. Vendrán nuevas banderas y nuevos abrazos. Tuyos siempre.

Anónimo dijo...

Ruti: te invito a recordar un juego mental que forma parte de Momo, la novela de Micheal Ende. En esa novela, se ejerce una larga reflexion alrededor del tiempo... En algun momento, se nos habla de la eternidad del presente. El pasado ya se fue. El futuro aun no llega. Solo nos queda el presente... Asi, nuestra unica alternativa es radicar en el presente... Dejar atras lo pasado y abrir lo ojos a lo que venga. Punto y aparte, Ruti.