miércoles, 30 de junio de 2010

crónica mínima

"Se pusieron a jugar a la baraja y la viuda en un albur perdió la caja"
Cerró sus ojitos Cleto
Chava Flores

No se porque les llaman tiendas de conveniencia a los OXXOS o a ese tipo de tienda, ¿para quién será conveniente, para el que compra o para el que vende? Pues entramos a una de ellas cerca de Tala, rumbo a Puerto Vallarta, viaje de trabajo, muy temprano para alcanzar a llegar a la talacha. Decidimos irnos por la libre, la carretera es hermosa y fresca, pasar por Mascota es un regalo y cualquier fondita es un buen lugar para desayunar. Pero antes también es sabrosito llegar a las convenientes tiendas a comprar un cafecito calientito y malísimo y unas empanadas cajetosas de esas que se llaman Julitas para acompañar el amargor del café.
Son las 7 de la mañana, dos amigos están haciendo fila delante de nosotros, se ven bastante tomados, pero por la conversación nos damos cuenta de que no vienen de una fiesta sino de un velorio. Me encantan los velorios donde ofrecen café con piquete, ese si sabroso, de olla, siempre hay un doliente más dolido que otro e invariablemente es el borrachito del convivio ( ¿o deberé decir conmuerto?). Hacen el duelo más ameno.
Un amigo le dice al que está pagando: “vámonos de este pinche pueblo compadre, aquí se muere mucha gente, como ve si llegamos a un OXXO por pisto y nos vamos a Chapala”. Su compa le contesta muy serio, sacando las monedas que le hacen falta para completar el six de cervezas y el botelloncito de mezcal: “Si compadre vámonos, nomás que primero tenemos que salir de este OXXO”. Si uno es atento, en la calle se escucha cada cosa, que hace la vida más ligera.